sábado, 14 de septiembre de 2013

UN DÍA NORMAL.

No se como empezar la verdad, aquí estoy en la madrugada, sin dormir, con los pies en la tierra y en las nubes a la vez. La música penetra por mis oídos, mientras mis sentimientos salen por mis ojos a través de lágrimas, mis ideas y pensamientos simplemente ahora no existen. Ahora solo existe en mi cabeza una única cosa que me llena, no importa nada mas. Solo esa cosa. Estas ahí sin saber que hacer ni que decir, solo asignas con la cabeza si te preguntan algo y ya. Nada es fácil, nada es fácil ahora. Pero siempre hay algo que te apoya, te motiva, te da ganas de vivir, y gritar como si se fuera a acabar el mundo. Aunque por mucho que te apoyen y te llenen, tu tienes poca confianza en ti, sobrevaloras la muerte, lo negativo, toda la oscuridad. Tus padres intentan ayudarte, sacarte de ese pozo, ellos creen que lo consiguen pero lo único que hacen es hundirte mas en la mierda. El amor no existe para ti, es un fenómeno inexistente en tu vida.

Un día normal es: Te levantas, te preparas para ir al instituto, le dices adiós a tus padres y a veces ni eso. Vas sola de camino al instituto pensando en que seria de ti si no llevaras esa mierda de vida. Llegas al instituto y como no allí en clase atiendes, pero no participas ni hablas en clase. Luego en el recreo no vas con nadie, te vas sola a un lugar donde haya poca gente, que nadie te moleste, te pones tu música y a esperar a que llamen para entrar otra vez. Nadie se acerca a hablarte, pero tu tampoco lo haces. A la salida se ríen de ti por ser "la rara" o "la marginada", sin saber por todo lo que estas pasando, porque no eres como ellos, ni quieres serlo. Luego como no, otra vez de camino a casa para comer, vas pensando otra vez en la vida que tienes, como has llegado a ese punto.
Llegas a casa entras sin decir nada, vas a tu cuarto, te encierras y tiras la mochila, te pones la música a tope para distraerte un poco hasta que tu madre te llama para ir a comer. Vas a la mesa, pero es una situación incomoda, no hablas con ellos, como he dicho antes, solo asignas con la cabeza si te preguntan y ya. Y hay días que le dices que no tienes hambre, solo para no tener que ir a aguantar las chorradas que te dicen y para que no te hundan mas en la mierda. Solo quieres estar sola. Pero eso parece que nadie lo entiende, que ven la soledad como algo malo. Aunque a veces en realidad lo es. Pero este no es mi caso, a mi me gusta estar sola, y pensar en mis cosas. Después de comer como no sabes que hacer sigues con la música. Hasta que vaya a anochecer, que entonces sales a dar una vuelta por la cuidad, te vas claramente donde menos gente haya y este todo mas tranquilo, quizá algunos edificios en ruinas que haya por allí, o algún parque viejo, te sientas allí mismo en el suelo, total, como no hay nadie, no pueden decirte nada, ni mirarte raro. Piensas, piensas, piensas, y te cansas ya, te cansas de todo, de ti, de tus padres, del instituto, de los chavales del instituto que se ríen de ti, de la puta rutina de siempre, solo quieres escapar, escapar de todo eso, desaparecer, para siempre, siempre te lo planteas, pero nunca llega el día, no tienes valor para hacerlo, hasta que ese día llega. Por fin, el día mas deseado de tu vida, quizá hubiera sido mejor no haber nacido, pero eso es algo que no puedes evitarlo, vas a casa de vuelta, ya es de noche te encierras otra vez en tu cuarto, tus padres duermen, vas al lavabo, te encuentras delante del espejo observando tu rostro, que cada vez es peor, pese a que no comes nada, te acuerdas de lo que pensabas en el parque y piensas que ese día ha llegado por fin, vas a tu cuarto tienes una cuchilla guardada, con la que te rajabas a veces sin que se dieran cuenta, te metes en la bañera con el agua hasta arriba, ahí empiezas a cortarte las venas de la muñeca hasta acabar en todo el brazo, poco a poco te cortas las del otro, mientras lágrimas fluyen por tu cara, pero es lo que querías hacer, así que solo son lágrimas de dolor. Poco a poco vas perdiendo la conciencia, te mareas, y terminas hundiéndote entre el agua y la sangre. Ahí es cuando acaba por fin, tu mierda de vida, tu rutina, todo.

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